Recuerda disfrutar de las cenas en la terraza. los tomates frescos y el pan recién hecho son un verdadero placer.

El ambiente es ideal para desconectar y relajarte.

La carretera para llegar al hostal es un verdadero reto, llena de curvas y en algunas partes en mal estado, lo que puede resultar incómodo. No solo eso, sino que también me sorprendió la falta de cobertura y conexión a internet en las habitaciones, lo que me hizo sentir bastante aislado. Aunque aprecié la tranquilidad, la falta de comodidades como TV en la habitación fue decepcionante y me dejó con ganas de más durante mi estancia.

El lugar podría haber sido ideal, si solo hubiera cobertura. Ah, y la carretera parece hecha para un safari, no para un hotel. Sin mencionar que hubiera apreciado un gesto amable, como un upgrade o una botella de vino, algo más que simplemente ignorar mi presencia. Casi dejo una buena crítica, pero no pude.

Desayuno fresco y deliciosa cena en la terraza.

Las vistas son impresionantes, y la comida que preparan es realmente excepcional. Isabel cuida cada detalle, desde los tomates de la huerta hasta el pan recién hecho. La carretera es un poco larga, pero definitivamente vale la pena. ¡Volveré pronto!

El entorno es maravilloso y perfecto para desconectar. Las vistas son espectaculares y hasta pudimos alquilar bicicletas para recorrer la zona. La atención fue genial, especialmente teniendo en cuenta que viajamos con nuestro bebé. Un lugar ideal para disfrutar en familia.

Mi mujer dice que sería genial que añadieran más actividades para los niños.

Disfruté de la tranquilidad y del entorno natural. Un día decidí cenar en la terraza, comiendo tomates frescos y pan recién hecho. La carretera hasta llegar fue un reto, pero el ambiente y las vistas lo compensaron todo. Para desconectar, no hay mejor lugar.

Acceso complicado|Ausencia de cobertura

la tranquilidad rodeada de naturaleza

desayuno delicioso, entorno idílico

acceso complicado

Este lugar me va como anillo al dedo, ofrece todo lo que necesito, un restaurante con buena comida, un bar acogedor y una piscina genial. Recuerdo que en mi primera estancia, el personal me ayudó a encontrar lo que perdí. ¡Recomiendo cenar en la terraza con los productos frescos! Sin duda volveré para un viaje de negocios.

Me encantó el desayuno con café y tostadas recién hechas que prepara el dueño. El entorno es precioso y muy tranquilo, justo en medio de los montes. Además, la cena con cardillos en revuelto y ensalada estuvo deliciosa. Es un lugar ideal para desconectar y disfrutar de la naturaleza.

Totalmente recomendable.

volvería encantado

Las habitaciones son cómodas, con cama acogedora y baño privado. La limpieza es excelente. La cena en la terraza con tomates frescos y pan casero fue un verdadero placer. Tienen una piscina privada para disfrutar de los días soleados y relajarse. Los dueños, Alfonso e Isabel, son gente encantadora y siempre dispuestos a ayudar.

Un lugar ideal para desconectar, aunque la carretera es un desafío.